Esto es lo que tienes que saber sobre los altavoces surround para tu home cinema

Esto es lo que tienes que saber sobre los altavoces surround para tu home cinema
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La misión de los conocidos como altavoces de efectos, surround o de sonido envolvente es ayudarnos a recrear en nuestra sala de audición el escenario de la película o concierto, permitiéndonos una mejor y más realista inmersión en la acción.

Para ello reproducirán todo tipo de efectos, pero también música e incluso diálogos secundarios desde diferentes puntos de la sala, tanto traseros como frontales y laterales, dando la sensación de que éstos provienen de diversos lugares de origen.

Cuando los primeros sistemas de cine en casa comenzaron a hacerse populares, lo habitual era que las mezclas de las pistas de audio tuviesen poca o ninguna información dedicada a estos canales de sonido envolvente, algo que condicionó el formato de los primeros altavoces surround y que en mi opinión ha ayudado a que se les reste importancia y les prestemos poca atención.

Me estoy refiriendo a los primeros sistemas analógicos Dolby Pro Logic y a las primeras versiones del Dolby Digital que aparecieron con el nacimiento de los DVD. En aquellos primeros años, los altavoces de efectos, también conocidos como surround o traseros, ya que normalmente se colocan tras la posición del oyente, eran más un extra de los sistemas de cine en casa que una parte esencial de los mismos.

Surround speakers

De ahí que fueran poco tenidos en cuenta y que no resultara extraño que los fabricantes y sobre todo los vendedores nos recomendasen altavoces de muy baja calidad y prestaciones, con la excusa de que “eran sólo para reproducir unos cuantos efectos y ecos”.

Puede que esto fuera así al principio, pero con la madurez de los formatos de audio digital y sobre todo con la llegada del audio multicanal en alta definición la situación ha cambiado notablemente y ahora, los altavoces surround son casi tan importantes como el resto, si queremos tener un sonido “de cine”.

Antes de meternos a fondo con las características que debe tener un buen altavoz de efectos, debemos señalar qué tipos nos vamos a encontrar en el mercado. Básicamente existen 3 clases: monopolares, dipolares, y bipolares.

Altavoces dipolares

Están formados por dos conjuntos de transductores que se sitúan apuntando hacia lados opuestos de la caja acústica (con un cierto ángulo) y que eléctricamente suelen estar conectados en desfase.

dipolar

Esta característica hace que los patrones de radiación sonora creen un nulo en la parte central de la caja, la que apunta a nuestros oídos, y que el resto del sonido sea difuso, difícil de localizar y con una notable falta de frecuencias graves, ya que se habrán cancelado por la interferencia destructiva de las ondas en contrafase.

¿Por qué se diseñan así? Pues en un principio (sobre todo con el audio surround analógico) ayudaban a recrear las escenas sonoras produciendo un ambiente difuso en donde nos costara saber la procedencia exacta del sonido, ya que lo que percibimos en la mayoría de los casos son como ecos.

Este tipo de sonidos deslocalizados crea efectivamente una atmósfera sonora que puede llegar a ser bastante realista, aunque para ello deberemos tener una sala acústicamente acondicionada y una disposición de los altavoces como la que se instalan en las salas de cine comerciales.

Swans_M6

Swans_M6

Como esto en la mayoría de nuestras casas no es posible, el resultado obtenido no será tan efectivo, e incluso puede que no nos guste en absoluto.

Altavoces monopolares y bipolares

Los monopolares son los típicos altavoces que todos conocemos, que radian el sonido en una dirección y generalmente en fase a todas las frecuencias (no siempre es así, ya que depende de cómo esté diseñado y construido el filtro, pero supondremos que sí). Esto tiene como resultado un sonido direccional y fácilmente localizable que nos permite conocer la procedencia de los efectos de forma inmediata.

Bipolar

Una variación de estos altavoces monopolares son los bipolares. Con un aspecto en ocasiones similar al de los dipolares, la principal diferencia es que los dos conjuntos de transductores ahora se sitúan en fase, con lo que ya no se produce ese nulo de ondas sonoras en el centro del bafle, el sonido es más localizado y no tiene el problema de falta de graves que presentan los dipolares.

La construcción de estos altavoces en cuanto a forma y disposición de los drivers es tan parecida a los dipolares que muchas marcas de gama media-alta integran ambas formas de funcionamiento en un mismo altavoz con una modificación del filtro, permitiendo que sea el usuario el que elija el modo de funcionamiento que más se adapte a sus necesidades con un simple interruptor.

¿Entonces?, qué tipo de altavoz es mejor. Pues como en todo en esta vida, depende. Depende por ejemplo del momento histórico y sobre todo de nuestros gustos. En los comienzos del cine en casa los dipolares jugaron un factor importante ya que ayudaban a recrear efectos y ambientes sonoros con señales analógicas contenidas en pistas estéreo. Aún recuerdo mi primer receptor Dolby Pro Logic y sus pequeños altavoces de efectos que prácticamente sólo emitían una especie de ecos y sonidos ambientales muy vagos y difusos.

B&W DS3

Bowers & Wilkins DS3

Esto ha pasado a la historia y ahora tenemos pistas multicanal con formatos 5.1 y 7.1 que no sólo tienen sonidos ambientales poco definidos, o efectos aislados de disparos, explosiones, etc. sino que cada vez con más frecuencia incorporan una parte importante de la banda sonora principal de la película (no hablemos ya de si lo que tenemos es un disco de música multicanal) e incluso efectos que cobran una relevancia principal en la trama (por ejemplo pisadas desplazándose por toda nuestra sala) y algunos diálogos aislados.

Además, hay que tener en cuenta que los altavoces de efectos en algunos casos y dependiendo del receptor A/V y del modo de audición seleccionado, también se están empezando a usar en posiciones frontales superiores, a ambos lados de la pantalla para mejorar el posicionamiento del canal central y dar la sensación de que las voces salen del centro de la pantalla.

Por estos motivos, en mi opinión, los altavoces dipolares no deberían ser una opción a considerar en la mayoría de situaciones domésticas, debiendo optar por altavoces monopolares o como mucho bipolares.

Swans_M3

Swans_M3

Características de un buen altavoz de efectos

En un mundo ideal, todos los altavoces de nuestro home cinema deberían ser idénticos, con lo que no tendríamos variación tonal en ninguno de los canales. Como esto pocas veces puede suceder, no solo por motivos económicos sino porque no suele ser posible por ejemplo colocar unas torres de grandes dimensiones a ambos lados o detrás del oyente, lo habitual es que los altavoces de efectos sean diferentes al resto y tengan unas prestaciones menores que sus hermanos frontales.

Esta situación no debería ser preocupante, siempre que respetemos algunos conceptos básicos y sobre todo tengamos en cuenta que un altavoz de muy baja calidad empeorará el sonido global que percibamos.

De ahí que, aunque diferentes al trío frontal, es recomendable que los altavoces de efectos pertenezcan a la misma gama que el resto, con lo que conseguiremos un sonido más homogéneo. Si tenemos unos altavoces antiguos que queremos reciclar, podremos usarlos como traseros en la mayoría de los casos y generalmente con buenos resultados, aunque lo ideal es que sean lo más parecidos al trío frontal que podamos.

Mi recomendación es que por lo menos deberían tener drivers de 6 pulgadas con los que bajar sin problemas a frecuencias graves de unos 40 Hz (si habéis seguido todo el especial os habréis dado cuenta de que es la frecuencia que elijo para todos los altavoces) y dar suficiente presión sonora.

Altavoces traseros

Mis altavoces traseros de construcción propia

Hay certificaciones como la THX que recomiendan altavoces traseros cortados a 80 Hz, algo que ha tenido como consecuencia la proliferación de bafles de poca calidad que soportan poca potencia a esa e inferiores frecuencias y no son capaces de dar la presión acústica suficiente como para obtener un sonido “de cine” sin distorsión, que al fin y al cabo es lo que estamos buscando.

En cuanto al resto de características, ya va en gustos y en los resultados que queramos obtener. Lo que sí me gustaría es dejaros con una reflexión: La calidad final del sonido que percibamos en nuestra sala en general estará limitada por el peor de los componentes que tengamos.

Con esto me estoy refiriendo a que no nos servirá de nada tener los mejores altavoces frontales del mercado y un central impresionante si luego por ahorrar, el resto de bafles no están a la altura y producen un sonido de baja calidad, con distorsiones y una acústica poco realista. En estos casos casi es mejor esperar a poder comprar unos altavoces de efectos decentes e "ir tirando" con un buen trío frontal que poner lo primero que caiga en nuestras manos.

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