Samsung Gear Fit, análisis

Samsung Gear Fit, análisis
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Samsung es la compañía de electrónica de consumo que más esfuerzos ha dedicado hasta ahora al tema de los smartwatches. Sus nuevos Gear con Tizen suponen una mejora importante respecto a la primera generación, y en esa oleada de nuevos modelos se coló esta vez un dispositivo diferente, el Samsung Gear Fit.

La entrada del gigante coreano en el mercado de los cuantificadores no la ha realizado de forma discreta o básica. Su modelo Gear Fit, del que vamos a ofrecerte un completo análisis (vídeo incluido), es un ambicioso producto que cumple de forma global pero tiene todavía aspectos a mejorar. ¿Te animas a conocer qué nos ha parecido usar la pulsera/reloj avanzado Gear Fit?

Pulsera cuantificadora y smartwatch: Gear Fit no ha elegido

Para entender y poder avanzar en este análisis de la Gear Fit, os tengo que advertir que Samsung no ha elegido ofrecer una pulsera cuantificadora al uso. Los modelos clásicos de los que tanto te hemos hablado en Xataka o la reciente Smartband de Sony son dispositivos vestibles enfocados exclusivamente en medir nuestra actividad.

Samsung ha sido - quizás - demasiado ambiciosa y con la Gear Fit no se limita a una pulsera cuantificadora cualquiera

La Gear Fit tiene esos valores en cuenta, lleva podómetro, pero es mucho más que una pulsera. La podemos en muchos aspectos considerar como un reloj avanzado o smartwacth con todas sus letras gracias a la pantalla que incorpora, el control táctil en la misma y la conectividad y funcionalidades que le ha otorgado la compañía de los dispositivos Galaxy.

¿Qué tal si empezamos con un análisis en vídeo donde ver a la Gear Fit en acción?

Diseño: excelente equilibrio con la pantalla como protagonista

No tengo ninguna duda respecto a que pulsera cuantificadora y smartwatch acabarán derivando en un único dispositivo. El Samsung Gear Fit podemos decir que es el primero en intentarlo de forma seria ... y además conseguirlo ... con bastantes matices.

Si comparamos la Gear Fit con otros modelos de pulseras cuantificadoras, el trabajo de Samsung ha sido más que excelente. Es un modelo que pesa solo 27 gramos y no es grueso ni ancho en exceso. Fíjate en la imagen de abajo y trata de localizar al Gear Fit. No lo podrás hacer por dimensiones, y ése es una de los mejores logros de este dispositivo.

Comparativa pulsera Gear Fit con otras

Menos por la pantalla, no hay mucha diferencia de dimensiones de la Gear Fit con otras pulseras cuantificadoras mucho más sencillas

Lógicamente salta a la vista que no puede competir con la Jawbone o la Smartband de Sony en comodidad o diseño, pero con los extras que trae, creedme si os digo que merece la pena el sacrificio ... si buscas algo más que cuantificar en un solo dispositivo.

La Gear Fit es cómoda, discreta pero su pantalla permanece apagada y no podemos usarla como reloj visible todo el tiempo

La correa de la Gear Fit tiene acabado en plástico con un elegante y acertado marco metálico, y el sistema de cierre es el habitual en estas pulseras: dos salientes que encajan en los agujeros de forma sencilla pero a la vez fiable. Ni un susto nos hemos dado. Resulta pues fiable a la vez que rápida de quitar y poner. Y se pueden intercambiar las pulseras, pues la pantalla es extraíble.

La Gear Fit, cuando tiene la pantalla apagada, es discreta, cómoda de llevar y no molesta para nada. Pero cuando la pantalla OLED se enciende, atraerás - en positivo - todas las miradas.

Gear Fit análisis pantalla encendida

Solo se incluye un botón físico, el de encendido o apagado. Aquí debes tener en cuenta que si bien puede funcionar como reloj, la pantalla se apaga al poco tiempo y no hay posibilidad de dejar fija la hora. Tenemos la opción de activar la pantalla automáticamente al subir el brazo haciendo el gesto de mirar la hora, pero no me ha parecido suficiente.

Aquí creo que Samsung podría haber integrado la función del modo ahorro que vimos en el Galaxy S5 y que pone la pantalla en blanco y negro para ahorrar energía. A ver si se lo piensan y pueden mejorar este aspecto. Que no sea por pedir.

Gear Fit cargador

Otro aspecto que le pedimos a Samsung que se piense para la próxima vez está relacionado con la carga. En la parte inferior de la pulsera están los conectores para cargar su batería interna de 210 mAh, pero para hacerlo necesitamos un accesorio que se engancha a la misma y nos habilita la carga vía microUSB. No haber integrado directamente el puerto microUSB en la pulsera hace que tengamos que llevar con nosotros el adaptador si vamos a estar un par de días fuera de casa o se nos ha olvidado cargarla antes de salir, y además el consiguiente riesgo (muy probable) de perder ese adaptador y con ello la posibilidad de recargar la Gear Fit.

Esto nos ha parecido vital en un equipo que nos ha ofrecido una autonomía media de entre 2 y 3 días si la usas para correr a diario, controlar la música o muchas aplicaciones. Quizás rebajando ese uso se pueda llegar a los cuatro días, pero no ha sido nuestro caso en ningún momento.

Diseño gear fit

Por último, en la parte de diseño hay que hablar de la resistencia al agua y suciedad de la Gear Fit. El perfil que tiene es IP67, lo que nos deja mojarla sin problema cuando nos duchamos, bajo la lluvia o incluso lavarla sin miedo. Sobre el papel aguantaría sumergida media hora a un metro de profundidad, pero no por ello está pensada ni deberías usarla nadando en una piscina. No te lo recomendamos.

Pantalla OLED táctil, la verdadera razón de ser de esta pulsera

Un elemento que hay que destacar sí o sí del diseño de la Gear Fit, y de hecho es la clave para entender este producto, es la pantalla. Ni tinta electrónica ni tamaños o tecnologías a medias. Samsung no ha dudado en ofrecer una pantalla con tecnología OLED y tamaño de 1.84 pulgadas.

Este panel es curvo para adaptarse a la forma de una pulsera, y se agradece. La resolución ha quedado fijada en 128 x 432 píxeles, suficiente pero nada impresionante en ese apartado. Sí que obtenemos lo mejor de la tecnología OLED en interiores, donde la visualización es excelente.

Pantalla OLED Gear Fit

La pantalla OLED es absolutamente fantástica ... en interiores

En exteriores está también bastante lograda, pero no es una tecnología que permita disfrutar de ella cuando hay mucha luz. El brillo máximo no está por defecto ajustado, cuestión de autonomía, así que, si queremos mejorar la visualización de la OLED cuando el sol aprieta sobre ella, hay que hacerlo de forma manual, con varios pasos necesarios y además, ese brillo máximo se reduce de nuevo al valor por defecto pasados cinco minutos. No hay manera de ampliar ese tiempo, algo que sería idóneo cuando vamos a estar mucho tiempo en la calle a mediodía.

La visualización es excelente en interiores, y bastante lograda en exteriores, aunque conviene ajustar el brillo al máximo. Lo que no nos ha gustado es que ese ajuste se anule automáticamente a los cinco minutos. Quieras o no.

La pantalla del Gear Fit es táctil. Con un solo botón físico destinado a encender y apagar la pantalla, el reto que tenía era importante. Y lo ha solventado bastante bien. En general no habrá problemas para gestionar la pulsera mediante nuestros dedos. La interfaz ayuda, y solo hemos notado falta de precisión cuando los iconos son los de los extremos o estamos corriendo. En esos instantes se juntan las limitaciones de tener que controlar de forma táctil una pantalla pequeña y además que el brillo no estará seguramente al máximo. Aquí, un sensor de luminosidad que funcione sería lo necesario.

Algo que nos ha gustado es el poder configurar el doble toque sobre la pantalla como una acción concreta, por ejemplo para conocer los pasos que llevamos dados.

Aclárate Samsung: sólo para tus equipos pero no has hecho los deberes

En la parte puramente práctica, arrancamos el análisis con la que debería ser la verdadera razón de ser de un equipo como el Gear Fit si tenemos en cuenta que ya existen smartwatch más avanzados como los Gear 2 con Tizen.

Muy difícil tienen Samsung vendernos este Gear Fit como medidor de actividad cuando esa función no está bien ejecutada, necesitamos uno de sus smartphones Galaxy y encima el software está peleado con la pulsera

Para poder considerar una pulsera como cuantificadora, lo mínimo es que mida correctamente los valores que deseamos, y que la aplicación que se encargue de recoger esos datos añada y no reste. Nada de esto se cumple con el Gear Fit.

Como medidor de pasos de entrada hay que activar esta función o no medirá nada de nada. Si además iniciamos una actividad y la marcamos, el sistema cruza datos y no acaba de aclararse sobre qué hacer y qué significa cada uno de ellos.

La fiabilidad de los datos está en la media que esperábamos. No es la pulsera más precisa del mercado pero tampoco la peor. Con una media de 10.000 pasos al día, la desviación respecto a un modelo calibrado y un sistema GPS fiable ha sido de un 15-20% menos. Con lo fácil que tenía Samsung incluir un GPS y hacer la pulsera más precisa del mercado. Por precio lo merecía y por la batería no habría que temer porque ya es algo a mejorar sustancialmente.

Tampoco se acaba de aclarar al pasar pasos a distancia real. De nuevo, una sencilla función de calibrado lo habría solucionado.

Gear fit en la calle

Pero el mayor problema que tiene la Gear Fit como cuantificador no está en el hardware como tal sino en el software. Samsung solo permite sacarle provecho con sus smartphones y tablets Galaxy más actuales, pero resulta que la integración con S Health, la plataforma de salud que tienen en marcha, no es precisamente una ayuda.

Cualquiera diría que la integración de Gear Fit con S Health la ha hecho la propia Samsung

En nuestro caso la Gear Fit ha sido nuestro podómetro de cabecera junto con el Galaxy S5, que por cierto desdobla funciones al integrar también podómetro y pulsómetro, por lo que lo primero que hay que hacer es marcarle claramente qué dispositivo será del que tenga que tomar los datos S Health o el caos de datos puede ser importante. De hecho, algo habitual como es salir de casa a hacer ejercicio con el smartphone, es la peor pesadilla para medir nuestros pasos.

Nosotros le dijimos que tuviera en cuenta en primer lugar la Gear Fit. Esa sincronización entre pulsera y smartphone se puede configurar para que ocurra con la frecuencia que deseemos, siempre de mínimo 3 horas.

Pero el software S Health no está nada maduro, y una vez recogidos los datos, si lo hace bien, no lo duplica ni nos da de más o de menos (siempre es una sorpresa cómo lo resolverá S Health), no hay un plan claro ni decidido sobre qué hacer con ellos. Si le unimos que esa información puede provenir del propio smartphone y sus sensores o ahora de equipos como este Gear Fit ... imagínate.

Es algo que ocurre con la medición del sueño, que no está nada lograda con la combinación Gear Fit y S Health. Ya os conté que bajo mi amplia experiencia con estos dispositivos, la Smartband de Sony, después de mucho tiempo, había logrado dar con la clave para que la medición del sueño funcionara: que la propia pulsera sepa cuando nos vamos a la cama o nos levantamos. En el caso de la Gear Fit, si lo olvidas, no tienes nada que hacer.

Pese a llevar 3.000 pasos ya dados hoy, la Gear Fit no se ha dado por aludida y para ella estamos todavía en la cama. Qué más quisiéramos.

El extra del pulsómetro que la Gear Fit integra es una buena idea en teoría, pero los datos no acaban de ser fiables si hay ruido o estás en movimiento.

Por eso, los corredores que quieran controlar sus pulsaciones durante el ejercicio se encontrarán con casi un juguete al lado de una cinta de pecho o un reloj avanzado deportivo. Este Gear Fit se pone en modo de medición continua al activar el inicio de una sesión de ejercicio, y esos datos sirven al sistema para configurar una especie de entrenador virtual que de nuevo está lejos de lo que soluciones específicas nos ofrecen. Además, no es posible detener el ejercicio y continuar.

Este pulsómetro te servirá pues solamente para controlar el ritmo cardíaco en determinados momentos (por ejemplo al iniciar o acabar una carrera, caminata o marcha en bicicleta, así como en el gimnasio)

Después de todo esto solo nos queda la esperanza de que la gran mayoría de problemas detectados en la Gear Fit como medidor de actividad pueden ser solucionables ya que se trata de errores en principio relacionados con el software. Y ya que la comunicación de la pulsera con el smartphone es vía BT 4.0, no estaría nada mal que Samsung abriera la posibilidad de sincronizarla con otros terminales Android. Visto el caos en casa, igual le sienta bien a la Gear Fit.

Compensando por su validez como smartwatch básico

Tomamos aire y continuamos reflejando en este análisis lo que nos ha parecido la Gear Fit. Con esa espectacular pantalla AMOLED, el uso como smartwatch no es una posibilidad, es casi una obligación ya que, sin ser de un gran tamaño, resuelve bastante bien la interacción a nivel de recibir notificaciones y pequeñas acciones con ellas.

Gear Fit notificaciones

Que nadie piense que va a poder gestionar el correo o su activa cuenta de Twitter desde el Gear Fit, pero sí evitar sacar muchas veces el terminal del bolsillo. Por ejemplo para no contestar una llamada, la cual puede rechazarse o gestionar con un mensaje directo desde la propia pulsera.

Samsung ha pasado de Tizen para el sistema operativo de esta Gear Fit, y la interfaz es sencilla, creo que adecuada para las ambiciones de este dispositivo en sus funciones de smartwatch.

notificaciones gear fit review

En la pantalla podemos tener como máximo tres iconos relacionados con funciones de la Gear Fit. No busques más de las que hay porque no existe la posibilidad de instalar nada de terceros. Nos limitamos a modificar el orden (Gear Fit Manager) en que aparecen al deslizar los "escritorios".

galaxy-fit-07.jpg

Lo máximo que podemos configurar las funciones del smartwatch es con las aplicaciones que dejamos que nos envíen notificaciones. Dependiendo de cada aplicación podremos hacer más o menos con ellas, pero en general, no esperes mucho más que descubrirlas y como mucho eliminarlas. Y no podremos tener todas las notificaciones que queramos, hay limitaciones en número.

Si vas a darle mucho uso al tema de gestionar notificaciones, mejor configura la pantalla para que muestre todo en modo vertical. Cabe menos contenido, es menos intuitivo de leer, pero más cómodo para tu cuello, pues en modo horizontal la tendencia es a girar espalda y cuello de forma poco natural.

Sin posibilidad de instalar aplicaciones de terceros, la que nos ha resultado más útil ha sido la que nos deja controlar la música del smartphone desde la pantalla AMOLED de la Gear. Es tremendamente cómodo hacerlo así cuando vas en el tren, el autobús o incluso haciendo deporte.

Samsung Gear Fit, la opinión de Xataka

A favor

  • Increíble factor de forma

  • Discreta y muy cómoda

  • Pantalla OLED en interior

  • Funcionamiento como smartwatch

En contra

  • Batería podría ser mejor

  • Pantalla en exteriores sin brillo máximo automático

  • S Health y la Gear Fit no parecen hechas por la misma compañía

  • Modo sueño decepcionante

Samsung, que ya tiene smartwatchs con sus Gear 2, arriesgó tratando de ofrecer un dos en uno con su Gear Fit y la mezcla no le ha acabado de salir redonda.

A nivel de diseño, comodidad y esa pantalla, ay esa pantalla, no podemos ponerle pegas a la Gear Fit. Quizás en autonomía, pero la pantalla de tanta calidad hay que pagarla de alguna manera.

Pero si el motivo de compra de esta Gear Fit es como medidor de actividad, hay mejores soluciones. Lo malo es que no incluyen unas tentadoras funciones de smartwatch en un diseño increíble.

Ahí Samsung ha dado, para mi, en el clavo, y es una gran aproximación a la idea que en los próximos años vamos a ver del smartwatch si hablamos de él como compañero de nuestro smartphone.




La pulsera ha sido cedida para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

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