Así se disfruta la fotografía con las últimas cámaras de Sony: la A7R II y la RX10 II

Así se disfruta la fotografía con las últimas cámaras de Sony: la A7R II y la RX10 II

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Así se disfruta la fotografía con las últimas cámaras de Sony: la A7R II y la RX10 II

Las nuevas A7R II y RX10 II de Sony ya han caído en nuestras manos. Xataka ha sido uno de los medios especializados europeos a los que Sony ha invitado a probar sus últimas cámaras fotográficas, que, como muchos recordaréis, fueron presentadas por la marca japonesa el miércoles de la semana pasada en Nueva York. Y, por supuesto, no dejamos escapar esta oportunidad.

La A7R II es, al igual que su predecesora, la A7R, una cámara sin espejo y con objetivo intercambiable equipada con un sensor Full Frame. Pero lo cierto es que Sony ha integrado en este nuevo modelo novedades muy interesantes: un nuevo captador retroiluminado de 42,4 megapíxeles, un enfoque mejorado, su estabilización más avanzada, vídeo 4K/UHD... Como veis, no pinta nada mal. Y la RX10 II, como veremos al final de este post, tampoco ha salido malparada.

Las cámaras que hemos podido probar son unidades de preproducción, y, por tanto, sus prestaciones y su comportamiento pueden diferir algo de los que nos ofrecerán las cámaras que llegarán este verano a las tiendas. Aun así, estas primeras impresiones pueden ayudarnos a hacernos una idea bastante precisa de lo que podemos esperar de ambos modelos. Vamos allá.

Sony A7R II: esto es lo que nos ofrece

Cuando llegue a las tiendas esta cámara será, junto a la A7S, el «buque insignia» de la marca japonesa. Si queréis conocer sus características con todo lujo de detalles no os perdáis el post que le dedicamos el día en que fue presentada. Como esperábamos, en mano, su diseño, que es prácticamente idéntico al de la A7 II, está más logrado que el de la A7R original.

Y lo está gracias a un agarre más pronunciado que nos permite sostener la cámara de una forma más estable, y también debido a la presencia de una rueda que nos permite ajustar uno de los parámetros de exposición (velocidad de obturación, apertura, etc.) con el dedo índice de una manera cómoda. Eso sí, su construcción es la misma de las anteriores A7 y A7R, dos cámaras que ya tienen un cuerpo de aleación de magnesio sellado, lo que, al igual que en esta A7R II, protege su interior de la humedad y el polvo.

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Sony ha explicado que el visor electrónico OLED de su nueva cámara incorpora dos mejoras con las que no contaba el de las A7 y A7R: una lente asférica de doble cara que incrementa su factor de ampliación hasta alcanzar un muy interesante 0,78x y una nueva cobertura desarrollada por Zeiss para reducir los reflejos. Durante mi toma de contacto con la A7R II pude comprobar la baja latencia del nuevo visor (si mi memoria no me falla es muy similar a la de su predecesor) y su alto nivel de detalle. Sin embargo, no pude apreciar con claridad las ventajas que aportan las dos mejoras que acabo de mencionar, lo que, por supuesto, no significa que no estén presentes. Cuando analicemos una cámara final en nuestro propio laboratorio seguro que podremos ofreceros más detalles acerca del nuevo visor electrónico.

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La A7R II utiliza un enfoque híbrido con 399 puntos para la detección por fase y 25 puntos por contraste

Vamos ahora con una de las características de la A7R II que, sobre el papel, deberían permitir a esta cámara aventajar claramente a su predecesora: su enfoque. Este modelo utiliza un enfoque híbrido que recurre a nada menos que 399 puntos para la detección por fase y 25 puntos para la detección por contraste. Sony dice que esto permite a esta cámara enfocar un 40% más rápido que a la A7R original, que solo enfocaba por detección del contraste, y con más precisión. Las pruebas que pude hacer no me permiten asegurar que el incremento de la velocidad sea de ese 40%, pero sí me pareció que enfocaba más rápido que la primera A7R. Y es verdad que es una mejora importante.

También podemos esperar que su enfoque continuo sea mejor, aunque en esta primera toma de contacto no pude comprobarlo con la debida calma. Eso sí, en varias ocasiones me pareció que la A7R II tenía alguna dificultad para fijar el enfoque, algo que posiblemente quedará subsanado en las cámaras finales que llegarán a las tiendas (recordemos que la unidad que nos ofreció Sony era una cámara de preproducción).

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La A7R II incorpora el mismo sistema de estabilización que ya podemos encontrar en la A7 II. Sony lo denomina «estabilización de 5 ejes», pero la verdad es que no me parece la forma más precisa de definirlo porque la capacidad de inclinarse y rotar para compensar las vibraciones no se lleva a cabo exactamente sobre nuevos ejes. En cualquier caso, al margen de estas precisiones, que no tienen demasiada trascendencia, lo más importante es que esta estabilización funciona.

En la A7R II ha sido necesario adaptar este sistema para adecuarlo a la elevada resolución de su sensor, que, como he mencionado al principio del post, alcanza los 42,4 megapíxeles. Según Sony han conseguido una capacidad de compensación equivalente a utilizar una velocidad de obturación 4,5 pasos por encima, pero esto en esta primera toma de contacto no pude comprobarlo con precisión. Queda pendiente para el análisis en detalle que os ofreceremos en cuanto caiga en nuestras manos una unidad final.

Primeras pruebas con la A7R II

Aunque Sony puso a nuestra disposición un abanico de ópticas bastante amplio para permitirnos «trastear» con su nueva cámara, yo me abalancé sobre el objetivo Distagon 35 mm f/1.4 ZA de Zeiss porque era uno de los que, previsiblemente, me iba a ofrecer una mayor calidad de imagen. Todas las fotografías que os dejo a continuación las he tomado con esta óptica. El espacio en el que pudimos hacer las pruebas fue muy limitado y nos ofreció poco margen de maniobra, pero al menos me permitió hacerme una idea bastante precisa de las posibilidades de la A7R II.

La fotografía que tenéis debajo de estas líneas la tomé a pulso, sin trípode, y, aun así, podéis ver que su nivel de detalle es muy alto. Aquí entran en juego, por un lado, la alta resolución del nuevo captador Full Frame retroiluminado (42,4 megapíxeles), y también la ausencia en esta cámara del filtro óptico de paso bajo. Esto hace muy interesante a la A7R II para aquellos tipos de fotografía en los que viene bien tener un nivel de detalle muy alto, como pueden ser la fotografía urbana, de viaje, de naturaleza, y, sobre todo, la fotografía de producto.

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Sony A7R II a f/16, 1/250 s y 1.000 ISO

Como podéis ver en la imagen que tenéis debajo de estas líneas, el desenfoque del fondo (bokeh) que podemos conseguir si abrimos al máximo el diafragma de la óptica Distagon 35 mm f/1.4 es muy bonito. Y lo es, sobre todo, por su notable uniformidad, una característica en la que interviene un diseño de las palas bien pensado. Por esta razón, en mi opinión, este objetivo es un compañero de viaje apetecible para la A7R II, sobre todo si nos gustan los retratos y la fotografía urbana, entre otras opciones.

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Sony A7R II a f/1.4, 1/8.000 s y 100 ISO

En las pruebas de sensibilidad la A7R II reveló un resultado interesante. Como podéis ver en las fotografías que os dejo debajo de estas líneas el nivel de ruido que arroja esta cámara hasta 6.400 ISO es bajo. A 3.200 ISO es casi inapreciable, y a 6.400 ISO permanece bajo control. Si incrementamos la sensibilidad hasta 12.800 ISO el ruido es más evidente, pero no arruina las fotografías. Eso sí, a partir de ahí hay que andarse con cuidado. A 25.600 ISO el ruido se percibe con claridad, por lo que no usaría una sensibilidad tan alta, a menos que las circunstancias lo exigiesen. Y al utilizar valores de sensibilidad expandida, como 40.000 o 65.535 ISO, el ruido es excesivo.

Testiso

Eso sí, no debemos perder de vista que la cámara que hemos utilizado era una unidad de preproducción, por lo que es posible que las cámaras que lleguen este verano a las tiendas (recordemos que el cuerpo de la A7R II costará 3.500 euros) podrían arrojar un nivel de ruido inferior con los mismos valores de sensibilidad. Os lo confirmaremos tan pronto como sea posible.

Sony RX10 II: así se porta «en combate»

Durante este evento de Sony también pude probar, aunque no llevarme las fotos que hice con ella, la RX10 II, la nueva bridge de alta gama de la marca japonesa (tenéis todas sus características en el post que le dedicamos el día en que fue presentada). Una de mis cámaras es, precisamente, la RX10 original, por lo que pude llevar a cabo in situ una comparación directa entre ambos modelos.

La sensibilidad nativa de la RX10 II es más alta que la del modelo original, y, además, enfoca más rápido

El diseño de las dos RX10, la original y la nueva, es idéntico, por lo que en este apartado no hay nada reseñable. Eso sí, su sensor es distinto. Y es que la RX10 II incorpora un nuevo captador «apilado», lo que significa que la circuitería del sensor está alojada en una capa diferente y completamente separada de la región en la que están colocados los fotodiodos. Esta estrategia, sobre el papel, incrementa la sensibilidad nativa de la cámara. Al no poder descargar las fotografías que tomé no pude llegar a una conclusión definitiva, pero a través del monitor de la propia cámara sí me dio la sensación de que a altas ISO el ruido era inferior en la RX10 II que en su predecesora.

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Vamos ahora con el enfoque. Aquí lo tengo claro: la RX10 II enfoca sensiblemente más rápido que el modelo original. Sony defiende que realiza la detección de un sujeto en movimiento en solo 0,09 s. Yo no sé si realmente lo hace tan rápido, pero, desde luego, lo hace a una velocidad muy alta. Y, además, con más precisión que la primera RX10, a la que en algunas capturas de bajo contraste le cuesta un poco fijar el enfoque.

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A pesar de tratarse de una unidad de preproducción, la RX10 II me dejó un buen sabor de boca. Desafortunadamente el entorno de pruebas era muy limitado, lo que no me permitió probar su capacidad de grabación de vídeo 4K/UHD (3.840 x 2.160 puntos) con una cadencia máxima de 30 FPS, y tampoco la grabación de vídeos de alta velocidad, un escenario de uso en el que la nueva cámara parece sentirse mucho más cómoda que su predecesora. Estas y otras características de la RX10 II las pondremos a prueba tan pronto como caiga en nuestras manos una unidad final de esta cámara.

Antes de dar por concluido este post no puedo dejar de mencionar la que sin duda es la principal seña de identidad de esta cámara: su óptica. El objetivo que incorpora es el mismo al que recurrió en su momento la RX10 original, un diseño de Zeiss con una focal de 24-200 mm equivalentes en 35 mm y una apertura máxima de f/2.8 constante en todo el rango de focales. Como veis, es una óptica muy flexible, y su calidad de imagen es alta, por lo que es evidente que Sony ha preferido no tocar algo que en la anterior versión de esta cámara ya funciona muy bien.

La RX10 II llegará a las tiendas durante el próximo verano con un precio de 1.600 euros, un coste elevado que, a pesar de sus evidentes bazas, puede situarla en una posición de desventaja frente a sus rivales. Aun así, si nuestro próximo análisis en detalle confirma lo que esta primera toma de contacto nos ha permitido atisbar, no me extrañaría que se convierta en una cámara muy deseable. Os contaremos más sobre ella lo antes posible.

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