La baja natalidad empuja al gobierno japonés a automatizar las farmacias y los '24 horas' (y a crear RFID a prueba de microondas)

La baja natalidad empuja al gobierno japonés a automatizar las farmacias y los '24 horas' (y a crear RFID  a prueba de microondas)
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Japón cuenta ahora mismo con una población de 126,8 millones de personas. Pero hace 15 años su tasa de mortalidad sobrepasó a la de natalidad, y la media de edad de la población asciende sin parar. Para 2065, se vaticina que la población se situará en torno a los 88 millones, menos que el doble de España.

Esto claro, afecta a la disponibilidad de mano de obra en muchos sectores. Uno de ellos, el de las prácticamente omnipresentes 'konbini' o 'tiendas de conveniencia' (equiparables a 'los 24 horas' en España). Según la Asociación de Franquicias de Japón, existen 55.743 tiendas de esta clase, una cifra que se ha mantenido sin grandes variaciones desde los años 70.

Este tipo de tiendas ofrecen alimentos para el desayuno y el almuerzo, así como bocadillos, bebidas alcohólicas y -en muchos casos- artículos de temporada. También es habitual que vendan revistas y productos de papelería y para el hogar, además de prestar servicios menos habituales en nuestro país, como facilitar el pago de la factura de la luz.

La suma de todos estos servicios termina requiriendo un mínimo de 2-4 personas por tienda, incluyendo durante los turnos de noche. Pero el descenso de la fuerza laboral amenaza ahora la supervivencia de muchas de estas 'konbinis', por lo que el Ministerio de Economía, Comercio e Industria japonés se puso manos a la obra en 2017 para apostar por la automatización como medio para poder reducir las plantillas de estas tiendas.

RFID como tecnología clave

La tecnología clave de su proyecto de automatización fue el RFID (la tecnología de identificación por radiofrecuencia). La idea era lograr introducir etiquetas RFID en la totalidad de los productos comercializados por las 5 mayores cadenas de konbinis (Seven-Eleven Japan, FamilyMart, Lawson, Ministop y New Days) llegando a un acuerdo con las compañías.

Pero, cuando el proyecto echó a rodar, las autoridades todavía tenían que resolver un pequeño problema si algún día querían optar a automatizar todas las tiendas de esta clase. Y ese problema se llamaba 'microondas': los componentes metálicos en la etiqueta RFID suelen provocar chispas cuando se calientan en uno de estos electrodomésticos.

Ciertamente, el paquete o envoltorio suelen incorporar avisos para que las etiquetas se retiren, pero no todo el mundo sigue estas instrucciones. Por ello, el Ministerio de Economía japonés financió la investigación que la compañía Avery Dennison estaba llevando a cabo para crear etiquetas RFID compatibles con microondas (resisten hasta cinco minutos en un microondas de 950 vatios).

¿Qué busca el gobierno japonés?

La idea es que el despliegue de RFID termine facilitando la optimización automática tanto de los precios como de la publicidad de los productos, gracias a lectores RFID situados en los estantes, que escanean automáticamente las etiquetas del producto (permitiendo así soluciones como identificar las unidades cercanas a caducarse y premiar así con descuentos a su comprador).

Se pretende que esta iniciativa llegue a todas las konbinis para 2025 (lo que supondrá unos 100.000 millones de productos al año). A largo plazo, el objetivo declarado de esta iniciativa es permitir que esta clase de tiendas pueda permitirse prescindir totalmente de personal, y así "dar forma a un sistema de distribución óptimo en Japón".

El ministerio confía en poder extender pronto este mismo sistema automatizado a supermercados y farmacias. De hecho, ya ha aprobado un plan específico para estas últimas que busca ofrecer "tiendas más inteligentes": combinar RFID e inteligencia artificial para analizar tanto productos como consumidores y poder detectar y compartir las nuevas tendencias.

Vía | METI

Imagen | Aleister Kelman

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