Las características que marcan la diferencia en un smartphone «fotográfico»

Las características que marcan la diferencia en un smartphone «fotográfico»
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Elegir un smartphone no es sencillo. Actualmente el mercado pone a nuestra disposición un abanico tal de fabricantes y modelos que cualquier usuario puede sentirse abrumado. Cuando nos encontramos en esta situación, la forma más eficaz de acotar los terminales que pueden resultarnos más atractivos requiere identificar nuestras necesidades y encontrar los smartphones que pueden satisfacerlas con más eficacia.

Si necesitamos una propuesta que nos permita leer documentos con comodidad, navegar y disfrutar contenidos multimedia con la máxima calidad posible, probablemente nos interesará un teléfono equipado con una pantalla amplia y de elevada resolución, como cualquiera de los smartphones Full HD con pantalla de 5 pulgadas que podemos encontrar en el mercado.

O puede que seamos aficionados a los videojuegos y queramos utilizarlo para hacer más llevadero, por ejemplo, el tiempo que invertimos en los desplazamientos en el transporte público. En este caso deberemos prestar mucha atención al procesador y la lógica gráfica de nuestro futuro smartphone.

La forma más eficaz de acotar los terminales más atractivos requiere identificar nuestras necesidades y encontrar los smartphones que pueden satisfacerlas

Lo más curioso es que los dos escenarios que acabamos de plantear no son los más complejos. Una de las funcionalidades que más dudas despierta en los usuarios tiene que ver con las prestaciones fotográficas de los teléfonos móviles inteligentes. Y es que debemos prestar mucha atención a un número elevado de características que pueden resultarnos de mucha utilidad para intuir, al menos sobre el papel, si las prestaciones fotográficas de un smartphone se adecuan a nuestras necesidades.

El objetivo de este post es identificar con claridad aquellas prestaciones que nos permiten evaluar el hardware fotográfico de un teléfono móvil inteligente, y que realmente pueden marcar la diferencia con otras propuestas a priori similares. Entremos en materia.

1. El tamaño del sensor

La influencia de esta característica en la calidad de las fotografías que tomaremos con nuestro smartphone es decisiva. En un post que publicamos recientemente en Xataka profundizamos en la enorme importancia que tiene la luz en el acabado de nuestras instantáneas. Y el componente de nuestros smartphones y cámaras fotográficas digitales responsable de capturar la mayor cantidad de luz posible es, precisamente, el sensor.

Este dispositivo está constituido por una enorme cantidad de pequeñas celdas diseñadas para atrapar fotones, que son las partículas que conforman la luz visible. Cada una de esas celdas permite al sensor generar un píxel de la imagen, por lo que el número de celdas coincide con la cantidad de megapíxeles de nuestra cámara. Esto quiere decir que un sensor de, por ejemplo, 8 megapíxeles, tiene aproximadamente 8 millones de celdas, y generará imágenes constituidas por un número máximo de 8 millones de puntos.

Sensor CMOS
El tamaño de cada una de las celdas del sensor determina la cantidad de luz que es capaz de capturar

Pero lo que realmente nos interesa comprender es que el tamaño de cada una de esas celdas determina la cantidad de fotones que van a impactar en ellas. Una celda grande será capaz de atrapar más fotones que otra celda más pequeña debido a que la superficie expuesta a la luz es mayor. Y, cuanta más luz recoja cada celda, más información tendremos acerca de la escena que estemos capturando.

Llegados a este punto podemos intuir con facilidad que dos sensores con el mismo número de celdas pero distinto tamaño físico podrán generar imágenes con la misma resolución (número de puntos), pero de distinta calidad. El sensor de mayor tamaño es el que estará formado por las celdas más grandes, y, por esta razón, será capaz de recoger más luz que un sensor con una superficie más pequeña.

Desde un punto de vista estrictamente cualitativo, un sensor de más tamaño nos ofrecerá más calidad de imagen que otro de inferior superficie, incluso, aunque este último tenga un mayor número de celdas, y, por lo tanto, más megapíxeles.

2. La resolución del sensor

Como acabamos de comprobar, la calidad de las imágenes que podemos tomar con un smartphone depende en mayor medida del tamaño físico del sensor que del número de celdas que lo conforman. Sin embargo, este último parámetro resulta muy importante si necesitamos imprimir nuestras fotografías en un soporte físico.

Una fotografía tomada a una resolución muy elevada podrá ser impresa en un soporte de gran tamaño (por ejemplo, una lámina de tamaño «póster») preservando un nivel de detalle muy alto. Sin embargo, si capturamos esa misma instantánea a una resolución mucho más baja, el nivel de detalle que obtendremos al imprimirla a ese mismo tamaño será mucho menor debido a que cada pulgada cuadrada de superficie impresa aglutinará menos puntos de la imagen.

Sensor CMOS de alta resolución

Para entender con facilidad esta idea solo tenemos que recordar que las imágenes tomadas por nuestro smartphone están compuestas por un número finito de puntos. Para hacer más asequible este ejemplo supongamos que nuestra impresora o dispositivo multifunción no impone ninguna restricción en lo que concierne a la resolución con la que es capaz de plasmar un documento en papel.

Podemos imprimir una fotografía de 14 megapíxeles a un tamaño de 35 x 50 cm sin interpolación con una calidad muy alta

Como el número de píxeles de la imagen es fijo, si la imprimimos en un soporte pequeño, en cada pulgada cuadrada de superficie de papel habrá muchos puntos, y la «nitidez» de la imagen impresa será alta. Si, por el contrario, la imprimimos en un soporte muy amplio, cada pulgada cuadrada de superficie aglutinará necesariamente menos puntos que en el caso anterior, por lo que el nivel de detalle de la impresión será más bajo.

No existe un consenso que revele con precisión qué relación existe entre la resolución de una imagen y el tamaño del soporte en el que podemos imprimirla sin que su calidad se vea resentida. Muchos fotógrafos profesionales no defienden exactamente las mismas equivalencias, pero a nosotros la tabla propuesta por José María Mellado (cuyos libros os aconsejamos encarecidamente si queréis mejorar vuestras aptitudes fotográficas) nos ha dado muy buenos resultados. Según este autor, una imagen de 4 megapíxeles puede ser impresa con un tamaño máximo de 18 x 24 cm; una de 6 megapíxeles a 20 x 30 cm; una de 8 megapíxeles a 25 x 37 cm; una de 11 megapíxeles a 30 x 45 cm; una de 14 megapíxeles a 35 x 50 cm y, por último, una instantánea de 22 megapíxeles a 45 x 60 cm.

3. La estabilización óptica

Todos hemos comprobado en alguna ocasión que cuando tomamos una fotografía utilizando un tiempo de exposición prolongado, cabe la posibilidad de que salga movida debido a las pequeñas vibraciones que solemos transferir al chasis del smartphone o la cámara fotográfica. Si necesitamos tomar una foto en un entorno con poca luminosidad podemos incrementar el valor ISO de la sensibilidad, pero es muy probable que el ruido se acentúe sensiblemente, por lo que la mejor opción consiste en aumentar el tiempo de exposición y colocar la cámara sobre una superficie estable. O, mejor aún, emplear un trípode.

Una tecnología que nos permite minimizar de una forma muy eficaz la influencia negativa de las vibraciones es la estabilización óptica. Esta técnica consiste en desplazar el bloque óptico o el sensor del smartphone en la misma dirección pero en sentido contrario al movimiento al que estamos sometiendo al dispositivo. Para hacerlo posible es necesario instalar previamente dentro del teléfono varios sensores capaces de percibir que estamos sometiendo al smartphone a una vibración, como un giroscopio, un acelerómetro, etc. También debe contar con un sistema mecánico capaz de desplazar el elemento que debe corregir la desviación con mucha rapidez.

Smartphone dotado de estabilización óptica

La estabilización óptica no puede compensar con total eficacia movimientos muy bruscos, pero ofrece un resultado muy bueno con las vibraciones provocadas por el pulso de la mayor parte de las personas. Por esta razón, os aconsejamos que valoréis la posibilidad de haceros con un smartphone que cuente con esta tecnología. También existe la posibilidad de afrontar la estabilización de forma electrónica, pero su resultado es menos convincente porque este procedimiento suele incrementar la sensibilidad ISO y reducir el tiempo de exposición, lo que provoca que el ruido de la imagen sea más claramente perceptible.

4. La calidad y las características de la lente

La importancia de las lentes que conforman el objetivo de un smartphone es la misma del bloque óptico de una cámara fotográfica digital. Su función no es otra que transportar la mayor cantidad de luz posible hasta el sensor, y, además, hacerlo en condiciones óptimas. Por esta razón, debe introducir la mínima distorsión y las mínimas aberraciones cromáticas posibles.

Lentes de precisión de un smartphone

Los fabricantes que dan mucha importancia a las prestaciones fotográficas de sus smartphones suelen ofrecer bastante información acerca de las características de sus lentes. Por supuesto, es importante conocer su distancia o longitud focal, sensibilidad ISO, valores de abertura (f), etc., pero también lo es la calidad física de la óptica. Un smartphone en cuya fabricación se han utilizado lentes de cristal con propiedades asféricas nos ofrecerá imágenes de mejor calidad que otro que emplea lentes de plástico, por lo que os aconsejamos que os informéis lo mejor posible antes de decantaros por una propuesta u otra.

5. El zoom

La última hornada de smartphones con prestaciones fotográficas avanzadas suele incorporar un zoom, algunas incluso óptico, muy convincente. Las limitaciones físicas que impone el chasis de un smartphone impiden que su longitud focal máxima sea tan elevada como la del teleobjetivo de una cámara compacta avanzada o una réflex. Pero, aun así, no están nada mal.

Los fabricantes de smartphones suelen combinar la distancia focal máxima proporcionada por sus lentes con otros recursos más ingeniosos, como la utilización de sensores de altísima resolución, que facilitan la ampliación de una zona determinada de la imagen minimizando la pérdida de calidad. Este es el caso del novísimo Lumia 1020 de Nokia, de cuyas prestaciones fotográficas dimos buena cuenta en el análisis que publicamos en Xataka hace varias semanas.

Samsung Galaxy S4 Zoom con zoom óptico

No obstante, algunos fabricantes están apostando por implementar en sus terminales zoom ópticos capaces de rivalizar con los ofrecidos por algunas cámaras fotográficas. El mejor ejemplo actualmente es el sorprendente Galaxy S4 Zoom de Samsung, que pone a nuestra disposición una distancia focal variable de 24 – 240 mm (f/3.1 – 6.3).

6. El procesado de imagen

El proceso de captura de una fotografía no concluye en el momento en el que presionamos el botón de disparo. A partir de ese instante, será nuestro smartphone el que tomará el control y, después de tomar la instantánea, la procesará de forma automática para corregir en la medida de lo posible las deficiencias introducidas por la óptica y el sensor, minimizar el ruido, comprimir la imagen y generar el fichero que la va a contener.

Procesador de imagen Sony Bionz

Las características físicas del objetivo y el sensor de los teléfonos móviles inteligentes varían de unos modelos a otros, por lo que el procesado difiere de igual manera para adaptarse a las exigencias de estas variaciones físicas. Por esta razón, dado que os vais a ver obligados a «convivir» con las manipulaciones realizadas por vuestro smartphone, os aconsejamos que os cercioréis de que su solvencia en este ámbito es la que esperáis.

7. La interfaz de la cámara

Algunos entusiastas prestan mucha atención a las especificaciones físicas del hardware fotográfico de su smartphone, y poca al software que nos permite sacarles el máximo partido. Sin embargo, en ocasiones un software no muy afortunado puede mermar las posibilidades de un hardware a priori estupendo. Este es el caso, por ejemplo, del Xperia Z1 de Sony, que cuenta con una óptica, un sensor y un motor de procesado estupendos, pero adolece de un software claramente mejorable.

Interfaz Nokia Pro Cam

Por fortuna, otras propuestas cuentan con un software mucho más capaz. Un terminal que brilla con luz propia en este escenario es el Lumia 1020 de Nokia, que no solo cuenta con un hardware asombroso, sino también con Pro Cam, una aplicación diseñada para transformar la toma de fotografías con este smartphone en una auténtica delicia. Nos gusta porque realmente transmite la sensación de que tenemos un control absoluto sobre el hardware fotográfico del teléfono.

8. La presencia de botón físico

Buena parte de los entusiastas de la fotografía prefiere que su smartphone incorpore un botón físico que facilite la toma de capturas, y no nos obligue a activar el obturador tocando una zona concreta de la pantalla. De esta forma es mucho más fácil adoptar una postura cómoda justo en el momento del disparo, lo que, sin duda, redunda beneficiosamente en la experiencia y, cómo no, también en la calidad de nuestras instantáneas. Por esta razón, os aconsejamos que tengáis presente esta prestación.

9. El flash

Este componente resulta esencial cuando necesitamos iluminar una escena para, así, capturarla con garantías si sus condiciones de iluminación son deficientes. También puede ayudarnos a solventar con eficacia un contraluz problemático. Sin embargo, no todos los flashes incorporados en los smartphones nos ofrecen las mismas garantías.

Un flash de xenón proporciona una iluminación puntual más eficaz que las soluciones LED

Las fuentes emisoras de luz por las que se están decantando los fabricantes actualmente son los diodos LED y las lámparas de xenón. La capacidad de emisión de luz de estas últimas es superior a la de los LED, por lo que un flash de xenón nos ofrecerá un rendimiento mayor que el de un flash LED.

Flash de xenón de un smartphone

Para paliar en cierta medida esta diferencia, algunos fabricantes han optado por instalar dos diodos LED. Aun así, su capacidad de iluminación sigue siendo inferior a la ofrecida por los flashes de xenón, que en algunos terminales, como el Lumia 1020 de Nokia, también están asistidos por un diodo LED que facilita el enfoque en escenas con poca luminosidad ambiental.

En cualquier caso, no debemos olvidar que el flash merma considerablemente la autonomía de nuestros smartphones, por lo que lo ideal es utilizarlo únicamente en aquellas situaciones que realmente lo requieran.

En Xataka | Los tres grandes smartphones con cámara de fotos frente a frente: Lumia 1020, Galaxy S4 Zoom y Xperia Z1

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