Unos millones de Chromecast después

Unos millones de Chromecast después
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24 de julio del 2013. Un día cualquiera si no fuera porque ese verano estaba en Estados Unidos siguiendo la presentación del nuevo Nexus 7. Casi al final de la presentación, Sundar Pichai nos presenta un dispositivo más: Chromecast. Un dongle HDMI para ver contenido de internet en la tele sin necesidad de que esta sea una Smart TV.

¿35 dólares? No había mucho que pensar con ese precio la verdad. Aprovechando que estaba por allí compré uno. Lo empecé a usar bastante, de hecho se convirtió en el centro de entretenimiento de la casa donde estaba hasta que volví a España pero ahora, varios millones de Chromecast después, el escenario ha cambiado para este producto de Google.

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Millones y millones, a pesar de tener una distribución muy limitada

10 de marzo del 2014. Han pasado ocho meses, más o menos, desde el lanzamiento de Google Chromecast. Ayer, en el contexto del South by South West (SXSW para los amigos) Sundar Pichai, líder en Google de todo lo relacionado con Chrome, anunció un dato esperanzador pero algo vago.

Los de Mountain View habían vendido “millones” de unidades de Google Chromecast. Una cifra que suena a granel pero que tiene dos lecturas. Por un lado una muy positiva: la gente ha confiado y ha arropado a un dispositivo que promete añadir conectividad a cualquier pantalla con un puerto HDMI.

La lectura más negativa viene guiada por la curiosidad: por 35 dólares (más gastos de envío) no tengo nada que perder. Lo cierto es que es así, su precio anula casi cualquier decisión de compra. Es difícil decir que no teniendo en cuenta lo que ofrece. Parece que por fin a Google le ha salido bien lo de llegar a los televisores de forma más o menos masiva. Un buen paso teniendo en cuenta los fracasos anteriores: Google TV y Nexus Q.

Chromecast

Tampoco quiero quitarle méritos a Google: es todo un logro que hayan vendido semejante cantidad teniendo en cuenta que su distribución se limitaba a Estados Unidos. Fuera de las fronteras de este país también ha llegado pero de forma pequeña debido a los precios prohibitivos de los intermediarios o de amigos y conocidos que vienen y van.

Ya están ahí, instalados en un montón de pantallas, monitores y televisores en Estados Unidos. Han contado con el apoyo de grandes servicios de vídeo en streaming como Hulu, Netflix o Vevo pero ahora que tienen planes de salir y expandirse el escenario cambia.

Servicios, compatibilidad y más países: el futuro más inmediato de Chromecast

Es cierto que la evolución ha sido tremenda y hemos pasado de poder reproducir vídeos de YouTube y Netflix a tener un ecosistema más o menos consistente. La liberación del SDK debería de ayudar pero, a efectos prácticos, la realidad nos demuestra que todavía no hay desarrollos importantes para el usuario final. Algunos suspiran por una integración con Dropbox.

Ha pasado de ser un dispositivo con un uso muy limitado a una herramienta bastante prometedora pero que todavía tiene bastante camino por recorrer y su expansión mundial debería ser un buen punto de comienzo para asentarse y convertirse en dueño de este nicho.

Hace poco pudimos saber que Chromecast llegaría a Reino Unido y Francia dentro de poco. Lo que sabemos, hasta ahora, es que sólo llegará el dispositivo pero raro será que no lo haga acompañado de servicios locales bajo demanda. De hecho, fuera de Estados Unidos este pequeño dispositivo de Google no es muy interesante.

Es cierto que cuenta con Plex, que como pivote para distribuir contenido multimedia es una herramienta muy interesante. Sin embargo, se echa en falta la integración con más plataformas. Se puede usar con Netflix, sí, pero el proceso es lo suficientemente enrevesado como para comprometer a Chromecast hasta el punto de que para poder rootearlo y configurarlo hay que asegurarse que nunca se ha conectado a Internet previamente.

¿Es esto malo? No, pero sí es una barrera de entrada para mucha gente. Plex es potente pero está orientado a usuarios avanzados. Precisamente una de las virtudes de Chromecast es que se pueda utilizar de forma sencilla sin grandes conocimientos técnicos y a día de hoy en Europa esto es difícil con un dispositivo importado y sin acuerdos con servicios en el horizonte.

Chromecast debe empezar a atar acuerdos si quiere seguir siendo atractivo

De querer triunfar, Chromecast va seguir necesitando de esa simplicidad para llevar al gran público. Hablamos mucho de televisión conectada, de lo que se puede hacer con ella, pero es fundamental que cualquier —con su dispositivo móvil— sea capaz de reproducir los contenidos sin tener que configurar nada más que la configuración WiFi que actúa de intermediaria.

De momento el futuro a corto plazo se está contando con la boca pequeña: “llegará, pero hasta ahí podemos leer” parece que nos dicen en Google con las palabras de Pichai en esta edición del SXSW. Otra cuestión que queda en el aire es cómo será su futuro con la evolución de las Smart TV.

¿Es compatible esta hoja de ruta con la de los servicios integrados?

Puede sonar raro pero uno de los lugares más privilegiados del televisor, además del hueco en el sofá, son los conectores HDMI que tiene. ¿Por qué? Muy sencillo, porque son limitados y muchos dispositivos quieren competir para que les conectemos a ellos.

Consolas, ordenadores, set top box y los ya mencionados dongles HDMI como Chromecast. Muchos dispositivos, todos ellos bastante comunes, para un número de conectores bastante pequeño. Se pueden hacer malabares entre los conectores, por supuesto, pero ya sabes lo tedioso que es estar manipulando las conexiones.

Esto puede comprometer el éxito de Chromecast, y por extensión del resto de dongles HDMI, en función del desarrollo que tengan las Smart TV a corto y medio plazo. Ahora mismo tienen mucho que ganar pero según lleguen todos los servicios de contenido bajo demanda a las televisores van a quedar como un reducto para las pantallas “tontas”.

A todo esto hay que sumarle la competencia de otras marcas que buscan hacerse un hueco con dispositivos similares. Alternativas hay, de hecho la mayoría de ellas incluyen la posibilidad de duplicar la pantalla pero a día de hoy ninguno supone una amenaza para Chromecast que, a pesar de no tener esta función, desempeña mucho mejor su labor.

Si el televisor en sí ya ofrece esas opciones ¿por qué iba a querer duplicarlas y ocupar un puerto HDMI? Google va tener que moverse rápido si quiere que esos millones de Google Chromecast sean otros tantos.

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