Arabia Saudita

Un príncipe saudí compró el cuadro más caro del mundo pensando que era de Leonardo da Vinci. Después, el Louvre sembró dudas sobre su autoría

Queremos ir.

Una inversión estratégica con un doble objetivo: diversificar sus ingresos para reducir la dependencia del petróleo, y fortalecer su influencia geopolítica.

Miraría por encima del hombro al Burj Khalifa.

Ocupará una superficie que es la mitad del área metropolitana de Salamanca.

Las tomas desde un dron muestran multitud de excavadoras repartidas por un terreno inmenso.

Para algunos países el pulso que están echando EEUU y China representa una oportunidad. Una oportunidad enorme.

La última locura arquitectónica de Arabia Saudí es un rascacielos invertido construido en el corazón de una montaña. Una locura distópica solo al alcance de los más ricos.

Aunque la Superliga haya ganado la batalla legal para existir, ahora le queda la más difícil: la política.

El diseño del futuro resort de lujo impulsado por NEOM en Arabia Saudita parece sacado de una película de El Señor de los Anillos por su aspecto de fortaleza medieval. En su interior predomina el lujo y la exclusividad.

Futurista, lujoso y enorme. Así es el nuevo proyecto de NEOM.

A los saudíes no les llega con The Line y la ambiciosa Jeddah Tower. Este es su nuevo reto arquitectónico.