Caltech

Suena descabellado, pero la estrategia podría ayudarnos a llegar a zonas de difícil acceso.

Mide aproximadamente un palmo y parece un juguete, pero CARL-bot, un robot autónomo, con IA y aprendizaje por refuerzo, promete ser el gran aliado para el estudio de las profundidades de los océanos.

En lo que tarda en desplazarse un milímetro la luz (que es lo más rápido del universo) esta cámara ya le ha hecho unas 230 fotos.

Se espera que esta tecnología sirva para estudiar la comunicación entre neuronas.

Los tubos de vacío fueron la base de la electrónica en la primera mitad del siglo pasado: los primeros televisores y los primeros ordenadores hicieron uso de un componente que acabaría siendo reemplazado por los pequeños y más eficientes...

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