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Le evolución del teléfono inteligente ha ido avanzado por dos caminos: hacer productos más grandes y crear terminales más caros. La realidad es que un teléfono es un elemento tan esencial en nuestras vidas que pagar mucho dinero por ellos se está convirtiendo en algo normal e incluso justificable.

Si echamos la vista atrás un poco nos daremos cuenta de que las funcionalidades revolucionarias estaban reservadas para los teléfonos de gamas más altas, y las diferencias entre estos y un modelo sencillo eran mucho más grande de lo que son ahora. Casi todo lo que podemos encontrar en un terminal de 1000 euros podemos verlo en uno de 500.

Actualmente la diferencia en prestaciones y posibilidades entre todas las gamas se ha reducido, las innovaciones se heredan mucho más rápido, apareciendo una nueva gama media de teléfonos que no es mucho más cara que un teléfono básico y tiene muy poco que envidiar al mejor producto que podamos encontrar en tiendas.

Características: 
  • Gran pantalla infinita Full Vision de 6,1"
  • Cámara Advanced Intelligent PRO con AI Cam
  • Sonido envolvente DTS-X con Boombox
  • AI Voice
  • Máxima resistencia y durabilidad

La nueva gama media ofrece lo esencial por la mitad

Si dejamos a un lado al tipo de cliente que necesita lo último y lo mejor, ya sea por disfrutar de la vanguardia tecnológica o como símbolo de representación, en estos momentos el teléfono más interesante para recomendar se encuentra en una franja de precios que cuesta prácticamente la mitad de lo que costaría ese “mejor teléfono del mercado”.

Podemos encontrar un montón de ejemplos que se mueven entre los 350 y 500 euros que mantienen intactas todas las funciones esenciales de un teléfono moderno. Un buen ejemplo es el LG G7 fit.

Usamos los teléfonos para prácticamente todo, son una extensión de nuestra vida, una copia de seguridad. La verdad es que con un teléfono de 200 euros vamos a poder llamar, usar mensajería instantánea, leer el correo o llevar al día las redes sociales. Todo eso lo vamos a poder hacer bien, entonces, ¿dónde está realmente la diferencia?

La diferencia con teléfonos más caros la marcan componentes como la pantalla o la cámara que determinan que un producto pueda subir hasta los 1.000 euros. Si una empresa nos consigue ofrecer una pantalla de máxima calidad y una cámara de nivel notable por la mitad de ese precio, estamos acertando en el equilibrio entre precio y prestaciones.

Cada vez más parecidos en diseño y calidad

Vale, diferentes marcas son capaces de ofrecernos buenas pantallas y cámaras en un teléfono de gama media, pero todavía muchas descuidan el diseño o terminación del producto, ya que en algún sitio hay que recortar el coste.

Esto era una verdad hasta hace relativamente poco, os animamos a conocer teléfonos como el LG G7 fit, donde se hereda el exquisito diseño de gamas superiores, sin perder la nobleza de materiales como el metal y el cristal, en este caso bien protegido con Gorilla Glass 5.

Si a esto le sumamos diseños muy delgados y ligeros, o frontales en los que todo es pantalla, es prácticamente imperceptible diferenciar un teléfono de gama superior y gama media. El plástico queda relegado a modelos muy asequibles.

La resistencia no es coto privado de un flagship

Es posible encontrar resistencia y materiales nobles en un teléfono como el LG G7 fit


Perdonad el anglicismo, flagship o teléfono tope-de-gama, que así es como se le conoce en el mundillo. El orgullo de la marca. La resistencia al agua y polvo, de forma certificada, es uno de los atributos diferenciadores de un teléfono con precio muy alto.

Poco a poco van apareciendo modelos del segmento intermedio que también pierden la vergüenza con estas capacidades. De nuevo os invitamos a echar un vistazo al LG G7 fit con con certificación militar de resistencia (MIL-STD 810G), además de la reconocida IP68.

Hagamos una reflexión sobre la pantalla

Lo hemos comentado, la pantalla es el elemento más caro y marca realmente las diferencias. Está en manos de muy pocas empresas ofrecer un buen panel a precio moderado, y eso solo lo pueden conseguir productores de componentes como LG.

LG marca las diferencias con sus pantallas, en el caso del G7 fit nos ofrecen especificaciones de un nivel superior

Un teléfono como el LG G7 fit ofrece una pantalla Súper Brillante de 6.1″ pulgadas con tecnología IPS RGBW que añade un subpíxel blanco alcanzando los 1000 nits de brillo. La resolución QHD+ (3120×1440 píxeles) es algo de lo que pocos modelos de su segmento pueden presumir.

Pero la pantalla no es todo, si queremos un teléfono con algo de futuro y con posibilidad de ejecutar aplicaciones exigentes tenemos que cumplir con algunos aspectos hardware: al menos 4GB de RAM, mejor si partimos con 32GB para almacenamiento, y la presencia de un chipset Qualcomm de gama alta, de la serie Snapdragon 800.

Por no hablar del sonido, que es un apartado completamente olvidado en teléfonos de gama media, incluso en gamas superiores. LG G7 fit lo cuida al máximo con certificación DTS-X 3D, altavoz Boombox, o un hardware Quad DAC dedicado a eliminar la distorsión.

El ciclo de vida de un teléfono

Con una inversión moderada en un producto electrónico podemos sentirnos más cómodos a la hora de darle una batalla importante al terminal, pensando en que el próximo año lo podremos cambiar con mayor facilidad.

Y es que es así, la industria renueva sus productos de forma anual y aunque no suponga una revolución de un año para otro, siempre es agradable recibir novedades con un nuevo teléfono, además de lo que supone estrenarlo.

Con todos estos ingredientes nos damos cuenta de que podemos encontrar un dispositivo ideal sin tener que estar apuntando a lo más caro que nos ofrecen los fabricantes. 


¿Están los gama alta sobrevalorados?

Tampoco creemos que esa sea la idea con la que tenemos que quedarnos, ya que tienen que existir productos para todas las necesidades y bolsillos. La realidad es que el nivel general de los productos ha mejorado mucho.

Un buen teléfono de gama media actual bien podría suplantar al mejor modelo del año anterior en la misma firma. Por esto se ha ido creando poco a poco un nuevo escalón superior conocido como teléfonos “ultra-premium”, que rápidamente se marchan por encima de los 1.000 euros (hace menos de 4 años un gama alta costaba 650 euros).

Estos ofrecen cantidades de memoria escandalosas, procesadores de última generación, pantallas y cámaras de vanguardia, pero realmente nada que no podamos hacer con garantías con un LG G7 fit.

Imágenes | LG