El Model S de Tesla Motors se ha puesto celoso, el recién llegado Model 3 le ha robado todos los focos, por lo que en la casa de Elon Musk han decidido hacerle un lavado de cara a su coche estrella, que lleva prácticamente cinco años sin ser tocado desde el punto de vista estético.
El principal cambio ya lo podéis observar en su nariz, el frontal ahora no tiene la parrilla, sigue la línea aerodinámica del Model 3 - que no gustó a todo el mundo -. La realidad es que tipo de vehículos no necesitan la refrigeración que uno de combustión, así que el cambio no pesa en la funcionalidad del nuevo Tesla.
Mentimos, exactamente igual que el Model 3 no es, ya que el logo queda rodeado por un bigote que bien podríamos decir que llega heredado del Tesla Model X, el SUV de la casa.
Lo siguiente que nos encontramos es un nuevo sistema de iluminación, conformado totalmente por LEDs, concretamente 14 unidades. Cada uno puede modularse en tres posiciones para adaptarse a las necesidades de conducción, teniendo en cuenta no deslumbrar a los que vienen de frente.
Más estético que funcional, tenemos unas luces traseras algo más oscuras. En el interior hay poco cambio, un par de inserciones nuevas, ambas de madera: ”Figured Ash Wood Décor” y “Dark Ash Wood Décor”
"Bioweapon Defense Mode"
Pasando a lo que no vemos, hay un par de cambios importantes. El nuevo Model S recibe el filtro de aire HEPA del Model X, eso quiere decir que el climatizador puede llegar a eliminar el 99,97% de la contaminación, bacterias y alérgenos.
Los avances y tecnologías se van heredando entre modelos de la casa. Hay que acostumbrarse a eso de que el coche se quede anticuado
Este sistema presenta un modo de funcionamiento llamado “Bio Weapon Defense Mode”, en el que se crea una presión especial dentro de la cabina para proteger a los ocupantes contra armas biológicas.
El segundo punto es un sistema de carga más rápido, a 48 amperios, obviamente hace falta que el cargador esté preparado para mandar esa intensidad.
Días antes de este anuncio se habían rumoreado un montón de cosas, entre ellas nos hemos quedado sin algunas muy esperadas: no hay opción 100kWh, ni asientos ventilados, ni una nueva versión del Autopilot.
El nuevo Tesla Model S ya está disponible para configurar en su web, disponible a un precio que comienza en 67.400 dólares, y puede llegar hasta los 128.900 dólares. La gama queda igual que estaba antes de la renovación, desde el S70 con tracción trasera, al P90D con tracción total y modo “Ludicrous”.
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También hay un nuevo Model X “básico”
No todo iban a ser noticias sobre el nuevo Model S, también hay espacio para el grandote de la casa, el Model X. La novedad está en que se ha creado una nueva versión de entrada que va a ser conocida como Model X 75D.
Las denominaciones en Tesla Motors dejan claro lo que se ofrece, en primer lugar tenemos una batería de 75 kWh, en segundo tenemos la “D”, que indica que estamos ante un vehículo con tracción total. Este modelo llega para reemplazar al Model X 70D, que estrenó el vehículo.
Con la nueva batería el Tesla Model X mejora su autonomía, llegando a los 380 kilómetros. El salto es significativo con respecto al 70D, que presumía de pasar de los 350 kilómetros. En cuanto a las prestaciones, ha cambiado algo: igual en aceleración, mejor en velocidad máxima, subiendo hasta los 210 kilómetros por hora.
Desafortunadamente para los interesados, el precio sube unos 3.000 dólares. El precio de partida del 75D pasa a ser de 83.000 dólares y tiene una fecha de entrega prevista para junio de este año. Si nos vamos a modelos más caros, como el P90D, los precios se disparan hasta los 115.000 dólares (siempre antes de ayudas).
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